Las frases van y vienen… Cada uno defiende su punto de vista pero escucha al otro, y asiente o niega de acuerdo a sus convicciones. El tiempo pasa y los temas se suceden. Pero todo era de esperarse: esto es, ni más ni menos, una discusión futbolera…
FIFA.com aprovechó el Seminario de Instructores de Entrenadores de la FIFA que se realizó el Estambul, paralelamente a la definición de la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA Turquía 2013, para proponerles a cinco entrenadores y formadores justamente eso, una conversación sobre fútbol.
Aceptaron el convite el peruano Teófilo Cubillas, participante de tres Copas Mundiales de la FIFA y campeón de la Copa América; Francisco Maturana, reconocido como uno de los que revolucionó el fútbol colombiano; Gabriel Calderón, campeón mundial juvenil con Argentina y dos veces mundialista; Ginés Meléndez, actual coordinador de selecciones de la Real Federación Española de Fútbol; y Mariano Moreno, exdirector de la Escuela Nacional de Entrenadores de España.
Los jugadores y el sistemaEl encuentro se produjo en la víspera del duelo decisivo entre Francia y Uruguay, y luego de los elogios para los finalistas, se abordaron otras cuestiones. El primer disparador tuvo que ver con la táctica, puntualmente con ese dibujo que parece ser el paradigma actual: el 4-2-3-1 que tantos equipos ejecutaron en Turquía.
“Yo hace nueve años que uso el sistema”, afirmó Calderón, de larga experiencia dirigiendo en Asia. “Para mí, es el mejor porque te permite atacar con cinco o seis jugadores y defender hasta con ocho. Sin perder el equilibrio, te permite ser tan defensivo como ofensivo”, explicó el argentino de 53 años, subcampeón del mundo en Italia 1990.
“Ciertamente es un sistema flexible”, concordó Maturana bajo la aprobación de Cubillas y Meléndez. “Durante el partido puede transformarse en un 4-1-4-1 o 4-3-3. Es importante cómo juegan los mediocampistas de los costados: si lo hacen abiertos, los laterales tiene menos lugar para subir. Ganas flexibilidad cuando juegan más cerrados, como Robben o Ribéry en el Bayern Múnich, y los laterales sorprenden”, agregó Pacho, seleccionador de Colombia en EEUU 1994.
“El problema de ese estilo es cuando te atacan con dos delanteros”, alerta Moreno, “porque siempre quedan uno contra uno con los centrales. Pero es el mejor para atacar a las defensas zonales: para marcar a tu 10, el rival debe bajar a un mediocentro o subir a un zaguero central, y eso genera espacios para el resto”, argumentó.
Maturana aprovechó tal afirmación para dejar su sello. “Igual, siempre son los jugadores los que le dan sentido al sistema: ninguno sirve sin nombres propios. Además, cada jugador empieza donde termina el otro. En el Real Madrid, ¿qué sería de Kedhira si no estuviese Xavi Alonso detrás? Cada uno tiene sentido a partir de sus compañeros”, aclaró Maturana. Calderón coincidió: “Es cierto, los sistemas no ganan partidos, y un futbolista es bueno cuando el equipo es bueno. El ejemplo es Messicuatro años atrás, cuando rendía más en Barcelona que en Argentina. Hoy la selección mejoró y él rinde mejor”.
Entre la calle y el laboratorioEl rol del enganche o armador disparó el siguiente tópico, ya que parece una especie en extinción hasta que surge un rara avis como Juan Quintero, el 10 colombiano que dio que hablar en Turquía. A nadie pasó desapercibido que los últimos referentes en el puesto han sido sudamericanos. Calderón aportó su punto de vista al respecto: “Tiene que ver con la formación. La mayoría de ellos se forman en la calle, al contrario que en Europa, donde hay una cultura de la academia”.
“En la academia el chico tiene todo muy fácil”, aportó Cubillas, quien supo ser un exquisito volante ofensivo. Maturana asintió y recogió el guante. “En Europa hay muchos jugadores de laboratorio, más programados. En Sudamérica crecen en la calle, esquivando autos, temiendo perder el balón debajo de un bus, cosas así. En la calle hay inventiva y, a la larga, te crea anticuerpos”.
Meléndez aportó la mirada europea al respecto. “Creo que a la academia a veces le falta competición. Suelen ser un entrenamiento modélico tras otro, y el jugador se forma compitiendo”. Calderón retomó la palabra. “La organización en Europa es excelente, pero hay que tener cuidado: la academia sirve si le das al jugador un treinta por ciento de anarquía total. ¡El día que hagan eso, Europa va a necesitar menos sudamericanos! (risas). Pero no se puede generalizar: si Xavi e Iniesta son ‘productos académicos’…”.
La Roja al banquillo, Alemania en el futuroComo toda discusión futbolera, basta una palabra para cambiar de rumbo, y la sola mención deEspaña trajo a colación el 3-0 que le aplicó Brasil en la final de la Copa FIFA Confederaciones 2013. En algo hubo coincidencia: las críticas a la Roja fueron desmesuradas. “Hay que ser justos: después de ganar dos Euros y un Mundial, ¿cuánto años lleva España allá arriba? No puede afirmarse que por una derrota deba cambiar”.
Meléndez expresó su asombro de una forma particular. “Oí cada cosa… Criticaron el empate contra Italia como si fuera cualquier rival. ¡Era Italia!”, afirmó el técnico de 63 años, cuatro veces campeón juvenil europeo con España. “Es normal”, intervino Maturana. “Cuando uno pierde deja abierta la ventana para que cualquier hable. Fue un resultado nada más. ¡Si perdió en América contra el pentacampeón del mundo! ¿Qué equipo europeo ha salido campeón allí? Ninguno”.
¿Eso quiere decir que el ganador del próximo Mundial será sudamericano? “No necesariamente”, exclamó Calderón. “Los candidatos son siempre los mismos: el campeón defensor, Brasil, Argentina, Italia, Alemania… Y como ya es usual, habrá alguna sorpresa”, afirmó el argentino. Los pedidos de Meléndez para que no pusieran a la Roja de favorita recibieron una risueña respuesta de Maturana: “¡Pero si ha sido España la que asaltó la historia! No estaba en el paseo y ahora se lo ganó con excelentes argumentos”, exclamó entre risas.
De las selecciones mencionadas hay una que despierta admiración en los cinco. “Yo hace tres años que vengo marcando que el futuro es Alemania por cómo viene trabajando su cantera”, elogió Meléndez apoyado por Moreno. “Tú miras a Italia, por ejemplo, y no cuenta con un recambio como el alemán. Khedira es de 1987, Oezil de 1988, Mueller de 1989, Tony Kroos de 1990, Goetze de 1992… Además, tienen muy definida su manera de jugar”.
Los jóvenes y la profesiónLa juventud siempre es un tema entre entrenadores y formadores. En esta oportunidad había, además, una cuestión generacional: todos los disertantes ya pasaron los 50 años. “El mundo cambió y los jugadores también”, lideró Maturana. “Antes tú le decías a un jugador ‘tape la raya’, y él te hacía caso. Hoy te preguntan ‘por qué’. Entonces, el técnico tiene que estar preparado para responder los porqués”.
Cubillas amplió el concepto. “En el pasado ser técnico era más fácil. Tú dejabas de jugar e inmediatamente te hacías entrenador aplicando los conceptos que habías incorporado. Hoy requiere de muchísimas cosas más, entre ellas, y principalmente, psicología. Solo así se puede lidiar con 23 o 24 chicos diferentes”, ahondó el peruano de 64 años.
“También debes aprender de tecnología”, continuó Pacho. “A nosotros nos tocaba ver un video durante 5 horas y no decíamos nada. ¡Hoy le pones un vídeo y olvídalo! ¿Cómo haces para que lo vea? Debes hacerle una película cortita y enviársela al teléfono”. Todos coincidieron que, como telón de fondo, está el respeto. “Ahora entras a un vestuario y el jugador te saca una radiografía en cinco minutos: ‘éste sabe, a éste lo podemos apretar’. El gran cambio se ha dado en la última década”, reconoció Meléndez.
Si hubiera sido por ellos, todavía seguirían hablando. Comparten una pasión que los une desde siempre, y que cobrará vida en algún otro lugar del mundo. Porque la pelota nunca para. Y las conversaciones de fútbol, tampoco…
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