martes, 12 de marzo de 2013

Sin pánico en Detroit Justice: Tigres encontrarán una solución para la novena entrada


LAKELAND, Florida - Los Tigres están cerca de ser un perfecto equipo de béisbol.
"Los equipos perfectos no existen", enfatizó el manager Jim Leyland.
El capataz está en lo correcto, y el hecho de que un equipo luzca perfecto en marzo no significa que vaya a seguir luciendo de esa manera de aquí a seis meses.
A pesar de ello, su escuadra es sorprendente porque luce dominante en muchas áreas. Rotación. Lineup. Liderazgo.
Ahora en cuanto al bullpen. Tiene profundidad, de hecho mucha profundidad, y brazos bien potentes -- Al Alburquerque, el venezolano Brayan Villarreal y otros. Leyland cuenta con un zurdo de calidad en Phil Coke, y otro más pudiera surgir para el Día Inaugural.
Dicho esto, existe solamente una pequeña duda en este equipo de los Tigres (¿y por qué nos enfocamos siempre en lo negativo?).
Los felinos no cuentan con un cerrador probado.
Detroit tiene profundidad por todas partes, pero hasta ahora nadie ha podido demostrar que tiene la suficiente capacidad para sacar los últimos tres outs de un juego. Con tan pocas interrogantes en otras áreas, con Justin Verlander y el venezolano Miguel Cabrera y Prince Fielder, la falta de un taponero de categoría se ha convertido en el tema del momento que rodea a los Tigres durante los entrenamientos primaverales.
Francamente, hay días en los que Leyland ha, ustedes saben, respondido a suficientes preguntas acerca de algo que aún no se ha resuelto. El hecho de carecer de un taponero probado no es impedimento para que los Tigres aparezcan en su tercera postemporada seguida, pero sí tiene el potencial de convertirse en un problema serio que podría impactar dramáticamente todo lo que suceda después de la quinta y sexta entrada de cada partido.
Podría terminar por forzar a Leyland a tratar de obtener uno o dos outs más de sus abridores, y mientras eso no parece ser un gran problema, esos bateadores extra en junio y julio podrían pasarle factura a sus lanzadores abridores en octubre.
Leyland sabe que para varias personas la solución es tan simple como tomar a uno de sus mejores relevistas -- Alburquerque, por ejemplo - y convertirlo en su cerrador oficial. Pero las cosas no funcionan de esa manera, porque lanzar en la novena entrada no es lo mismo que hacerlo en la séptima u octava.
Existe algo especial acerca de subir a la loma para sacar los últimos tres outs y sellar la victoria que no todos pueden hacerlo. Algunos pitchers - el panameño Mariano Rivera, Jonathan Papelbon, Craig Kimbrel - se crecen en este tipo de situaciones. Otros relevistas son imbateables en la séptima u octava entradas pero no son tan efectivos en la novena.
"Es un trabajo sagrado", expresó Leyland. "Pongámoslo de esa manera. Sacar los outs 25, 26 y 27 es de gran valor cuando tratas de ganar un juego. Algunos muchachos pueden hacerlo y otros no. Realmente nunca sabes con seguridad quién puede o quién no puede. Nunca lo sabes hasta que los pones en esa situación. Sí, saber sacar los últimos tres outs de un juego es clave. No hay duda de eso".
Los Tigres tuvieron al veterano José Valverde en ese puesto el año pasado. No hace mucho tiempo, el dominicano era uno de los mejores taponeros del béisbol. Pero el derecho se fue a pique en la recta final de la pasada campaña, y Leyland terminó usando a Coke como su taponero en la postemporada.
Este receso de campaña, el gerente general de los Tigres, Dave Dombrowski, decidió echarle un vistazo al venezolano de 22 años de edad Bruce Rondón, quien comenzó el año pasado jugando en Clase-A. Su recta ha registrado las 100 millas por hora en el radar. Sí, leyó bien -- 100 millas por hora.
En 53 innings en 2012, el derecho cedió 26 pasaportes, ponchó a 66 bateadores y tuvo una efectividad de 1.53. Tal fue el impacto del prospecto venezolano que Dombrowski piensa que pudiera dar el gran salto a las Grandes Ligas en 2013, y la buena actuación de Rondón durante la pelota invernal reforzaron esa opinión.
Luego llegó a los entrenamientos primaverales, y lució un poco tambaleante al principio. El derecho batalló para encontrar la zona de strike y en ocasiones le conectaron batazos con mucha autoridad. Pero se asentó en sus dos últimas apariciones. El viernes, Rondón lanzó 10 de 15 pitcheadas para strikes y el radar marcó las 100 millas por hora en par de ocasiones.
Pero los Tigres saben que hasta que Leyland comience a darle la bola en abril y mayo, será imposible saber qué tan listo está el venezolano. Desde el principio, Leyland ha demostrado mucha paciencia, y le ha advertido a los reporteros que no se dejen llevar tanto por lo que Rondón haga o deje de hacer en la loma.
"La mayoría de los reporteros estaban sorprendidos y emocionados con su recta, bla, bla, bla", indicó Leyland. "Ahora el muchacho ha recibido sólidos batazos en par de ocasiones, y ahora todo mundo dice, 'Oh Dios mío, ¿a quién vas a usar ahora de cerrador?' En mi posición, eso no me preocupa. Como manager tienes que aprender a soportar lo bueno y lo malo y no dejarte llevar mucho. Ya encontraremos una solución, y será muy buena".
Los Tigres también están considerando sus opciones, incluyendo la posibilidad de canjear a uno de sus abridores (¿Rick Porcello?) por un cerrador.
"Tendremos a alguien para sacar los últimos tres outs", aseguró. "Pudieran ser dos lanzadores diferentes en una noche. Pudiera ser un zurdo para sacar el segundo out del inning y un derecho para sacar el tercero. Pero la gente no se da cuenta que cuando tienes que hacerlo de esa manera, el efecto que esto tiene en la séptima entrada, porque ya no puedes usar a ese muchacho para sacar el out más importante en el séptimo inning. [Pero] si no puedes sacar ese out en el séptimo inning, la novena ya no tiene tanta importancia. Ahí es donde la situación se complica".
Con las expectativas tan altas, hay muy poco margen de error. Después de haber sido barridos en la Serie Mundial y con el venezolano Víctor Martínez de regreso tras una seria lesión en la rodilla y haber firmado a Torii Hunter, las expectativas de los Tigres este año son bien altas.
Entonces, ¿pueden los Tigres ganar la Serie Mundial sin contar con un taponero probado?
"Es la opinión personal de Jim Leyland que si cuentas con un cerrador dominante, estás en mucho mejor situación que si lo hicieras por comité", manifestó Leyland. "Esa es sólo mi opinión".
Pero el timonel está convencido de que los Tigres encontrarán una solución. Sólo que hasta ahora desconoce cuál será.

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